Señor, Dios y Padre nuestro por intercesión de San José, recibe nuestra súplica y concédenos lo que con fe te pedimos.
Llamaste a San José a la misión de Custodio del Redentor y esposo casto de María Santísima.
Él cuidó con paternal solicitud el Niño y su madre.
Prudente y sabio en sus decisiones los liberó de los peligros amenazantes en la huida a Egipto.
Al regresar a la Tierra de los padres, evitó, con sabia determinación las nuevas amenazas y los condujo a Nazaret.
En la intimidad del hogar sostuvo con su trabajo sacrificado la Santa Familia y tuvo el privilegio de pasar de éste mundo a Ti, en la consoladora compañía de sus grandes amores: María y Jesús.
Padre bondadoso, te pedimos por el Santo Patriarca, que asumamos la responsabilidad de cuidarnos unos a otros.
Danos prudencia para evitar todo lo que pudiera exponer al contagio a nuestros familiares, parientes, amigos y compañeros de trabajo.
Que sepamos aceptar las renuncias del presente como un modo de custodiar el valor de la vida y la salud. Que sintamos que el precepto de la caridad mutua se expresa hoy en el respetar lo que nos indican las autoridades.
Te imploramos: sostiene a quienes se exponen y sacrifican por curar, asistir y acompañar a los enfermos. Que tu mano los proteja para que puedan seguir haciendo su tarea.
Haz sentir tu presencia y cercanía a los enfermos graves y agonizantes. Que su pascua la vivan en la compañía de los seres queridos y consolados con los auxilios espirituales necesarios.
Danos la esperanza de saber que a toda noche de dolor y muerte sigue una aurora de resurrección y vida.
Por intercesión de San José imploramos, por el don de su mediación te glorificamos, por su tierna compañía te alabamos, a Ti Padre Celeste, por Jesucristo tu Hijo, en el Espíritu Santo. Amén.