Centenario del nacimiento del Cardenal Eduardo Francisco Pironio
Jueves, 3 de diciembre
Santa misa a las 19 (hora de Roma) a las 15 (hora en Argentina)
presidida por el Cardenal Leonardo Sandri,
Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales
En el día de ayer visitó nuestro Colegio Sacerdotal Mons. Jorge Patrón Wong, Secretario para...
Colegio
El Colegio recibe a sacerdotes diocesanos de las Iglesias particulares de la República Argentina que desean estudiar en las universidades, ateneos o institutos equivalentes de Roma.
El Colegio recibe a sacerdotes diocesanos de las Iglesias particulares de la República Argentina que desean estudiar en las universidades, ateneos o institutos equivalentes de Roma.
La casa contigua a la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, declarada en 1915 Iglesia Nacional Argentina, fue concebida y construida por Mons. José León Gallardo para habitación propia y por algunos años compartió con su madre. Él mismo gozó poco de ésta residencia dada su prematura muerte en 1924.
El Colegio recibe a sacerdotes diocesanos de las Iglesias particulares de la República Argentina que desean estudiar en las universidades, ateneos o institutos equivalentes de Roma.
La celebración cotidiana de la Eucaristía es para los alumnos el centro de toda su vida personal y comunitaria. La oración personal, el sacramento de la Reconciliación y la dirección espiritual ayudan al progreso y consolida la personal relación con el Señor.
La casa contigua a la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, declarada en 1915 Iglesia Nacional Argentina, fue concebida y construida por Mons. José León Gallardo para habitación propia y por algunos años compartió con su madre. Él mismo gozó poco de ésta residencia dada su prematura muerte en 1924.
El Colegio recibe a sacerdotes diocesanos de las Iglesias particulares de la República Argentina que desean estudiar en las universidades, ateneos o institutos equivalentes de Roma.
La celebración cotidiana de la Eucaristía es para los alumnos el centro de toda su vida personal y comunitaria. La oración personal, el sacramento de la Reconciliación y la dirección espiritual ayudan al progreso y consolida la personal relación con el Señor.